sábado, 28 de noviembre de 2015

Los caminos que me llevaron a ti.

En esta vida he conocido a mucha gente.
He conocido gente con tantas caras,
que nunca he sabido a cual de todas mirar.
He conocido gente que se ha quemado las manos,
por ponerlas en el fuego por los suyos.
He conocido gente que vivía en una boca,
pero se paseaba por otras.
He conocido gente con la que nunca dejarías de hablar.
Hay quien da sin esperar y recibe más,
que quien ha dado para recibir.
He conocido gente con corazón,
y gente con un órgano en el pecho.
He conocido chicas preciosas,
que son monumentos de la mismísima Roma,
ruinas.
Chicas de bares
y copas
a las que ya no les cortan los cristales
después de haber recogido los
pedazos de su corazón.
Chicos con copas de más,
para no echarla de menos.
He conocido personas guapas,
que han dejado de serlo
solo por creerse que lo eran.
Chicas de sangre flamenca,
que taconeaban a todos sus problemas.
Personas más frías
que un verano en Alaska.
Y personas tan alocadas
que eran plena Chueca
un viernes por la noche.

Busqué entre todas esas personas,
alguien con ese brillo en los ojos,
que solo tienen los tuyos.
Recorrí ciudades buscando algo
que me arrancara de un golpe,
al menos,
la mitad de las sonrisas que me has robado tú.
He buscado,
sin cesar,
un lugar,
en el que sentirme
como me sentía contigo,
en mi hogar.
He tratado de encontrarle a mi pobre corazón
estropeado,
un lugar del que no querer huir jamás.

Y puedo asegurarte,
que ningún camino me ha llevado a Roma.
Todos me llevaron a ti.

Y puedo asegurarte,
que no conozco a ninguna personas,
como te conozco a ti.

Por eso, 
yo solo te conozco a ti;
y por eso,
no hay nadie como tú



No hay comentarios:

Publicar un comentario