Ella es única.
Rie, salta, corre, llora, como todos,
pero ella no es cualquiera,
ella es ella,
y a soñadora no la gana nadie.
Cuando se mira al espejo,
no se ve guapa,
pero en realidad,
yo se que es preciosa.
Quiere tanto,
que a veces se confunde,
le teme a lo eterno
y bendito el que,
(por casualidad o por destino)
tropiece con su boca,
alguna noche de locura.
Algunos dicen que la luna
es la compañera de noche
y día,
de los poetas.
Que se tiran todo el día
extrañando a la luna,
y a su noche.
Ella es mi luna,
y su alegría es mi noche.
Le brillan los ojos a como a la luna
cada vez que sonríe.
Me protege de lo malo
y cuando lluevo
llueve conmigo.
Cuando ni yo misma creía en mi,
ella estaba allí para creer por las dos.
Y cuando no quiero sonreír,
ella me obliga,
sin querer,
con su mente brillante,
y sus palabras calmantes.
Ella es más que todo esto.
Es un viernes por la noche.
Es un abrazo cuando lo necesitas.
Es la palabra de aliento.
El día más largo del año,
y a la vez el más corto.
Una gota de agua en el desierto.
La canción que te hace bailar.
Ella es muchas cosas.
Y yo tengo la enorme suerte,
de haberme dado cuenta.
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