Quiero quererte como yo se. Odiándote un poco, queriéndote más de la cuenta.
Solo somos heridas abiertas sin puntos de sutura.
Qué suerte encontrarnos sin buscarnos, qué poco duelen las heridas a tu lado.
Cuéntame quién fue ella, cómo te miraba, y por qué fue tan tonta de dejarte escapar.
Bueno no, espera, mejor no digas nada.
Bésame, y si eso después hablamos.
Olvídalo, ya no quiero saberlo.
Solo quiero construir un futuro sin pasados.
Tu igual quieres saber todo aquello que escribí con amor en forma de tinta azul y borré con lágrimas de dolor, quizás quieres saber qué fue de todos mis olvidos antes de conocerte, mi vida.
Quizás quieras saber por quién y por qué dejé de sonreír.
No lo sé.
Pero puedo asegurarte, que la persona que me la devolvió fuiste tú, el día en que me besaste en aquel portal.
Y, desde entonces, los paseos son más bonitos de tu mano, las horas son más cortas con tus besos, el frío se acaba con tus abrazos.
Nunca nadie me había regalado tanto. Nadie me había dado regalos con tanto valor, como has hecho tú, con tu tiempo, tus besos y todos esos versos que me regalabas con solo mirarme.
Nadie había hecho de mi vida, una poesía de palabras sin punto y final.
Y, se que no puedo regalarte los versos más bonitos que una no-poeta como yo puede escribirte.
Pero gracias a ti entendí que el amor, solo se busca en la página noventa y ocho de mi diccionario.
Gracias a ti entendí que el amor, se siente.
Qué bonito encontrarte, suerte de mi vida.
Sal con una chica que lee, porque te lo mereces. Te mereces una mujer capaz de darte la vida más colorida que jamás puedas imaginar. Si quieres una vida monótona y de propuestas a medio cocinar mejor que estés solo. Pero si quieres el mundo y los mundos que hay más allá entonces invita a salir a una chica que lee. O mejor aún, a una que escriba.
lunes, 28 de septiembre de 2015
domingo, 20 de septiembre de 2015
Andrea.
Ella es única.
Rie, salta, corre, llora, como todos,
pero ella no es cualquiera,
ella es ella,
y a soñadora no la gana nadie.
Cuando se mira al espejo,
no se ve guapa,
pero en realidad,
yo se que es preciosa.
Quiere tanto,
que a veces se confunde,
le teme a lo eterno
y bendito el que,
(por casualidad o por destino)
tropiece con su boca,
alguna noche de locura.
Algunos dicen que la luna
es la compañera de noche
y día,
de los poetas.
Que se tiran todo el día
extrañando a la luna,
y a su noche.
Ella es mi luna,
y su alegría es mi noche.
Le brillan los ojos a como a la luna
cada vez que sonríe.
Me protege de lo malo
y cuando lluevo
llueve conmigo.
Cuando ni yo misma creía en mi,
ella estaba allí para creer por las dos.
Y cuando no quiero sonreír,
ella me obliga,
sin querer,
con su mente brillante,
y sus palabras calmantes.
Ella es más que todo esto.
Es un viernes por la noche.
Es un abrazo cuando lo necesitas.
Es la palabra de aliento.
El día más largo del año,
y a la vez el más corto.
Una gota de agua en el desierto.
La canción que te hace bailar.
Ella es muchas cosas.
Y yo tengo la enorme suerte,
de haberme dado cuenta.
Rie, salta, corre, llora, como todos,
pero ella no es cualquiera,
ella es ella,
y a soñadora no la gana nadie.
Cuando se mira al espejo,
no se ve guapa,
pero en realidad,
yo se que es preciosa.
Quiere tanto,
que a veces se confunde,
le teme a lo eterno
y bendito el que,
(por casualidad o por destino)
tropiece con su boca,
alguna noche de locura.
Algunos dicen que la luna
es la compañera de noche
y día,
de los poetas.
Que se tiran todo el día
extrañando a la luna,
y a su noche.
Ella es mi luna,
y su alegría es mi noche.
Le brillan los ojos a como a la luna
cada vez que sonríe.
Me protege de lo malo
y cuando lluevo
llueve conmigo.
Cuando ni yo misma creía en mi,
ella estaba allí para creer por las dos.
Y cuando no quiero sonreír,
ella me obliga,
sin querer,
con su mente brillante,
y sus palabras calmantes.
Ella es más que todo esto.
Es un viernes por la noche.
Es un abrazo cuando lo necesitas.
Es la palabra de aliento.
El día más largo del año,
y a la vez el más corto.
Una gota de agua en el desierto.
La canción que te hace bailar.
Ella es muchas cosas.
Y yo tengo la enorme suerte,
de haberme dado cuenta.
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